Remo Morán:
Llegué a Z y comencé a construir mis propios negocios. Primero, fue mi tienda de bisutería, luego el bar, el hotel y el camping, negocios que me ayudaban a mantenerme. Me case, tuve hijos y me separé. Cosas normales en la vida de las personas.
Llegué a Z y comencé a construir mis propios negocios. Primero, fue mi tienda de bisutería, luego el bar, el hotel y el camping, negocios que me ayudaban a mantenerme. Me case, tuve hijos y me separé. Cosas normales en la vida de las personas.
Fue en uno de estos negocios en el que contraté a un viejo
amigo: Gaspar Heredia, nos conocimos en mi paso por México cuando éramos jóvenes,
el pobre no tenía nada, solo era un mendigo que ni yo mismo pude reconocer.
Hasta que una noche la conocí a ella: Nuria. Todo cambió y
en cierto modo nada lo hizo, sentí la química entre nosotros desde el primer
minuto, nunca pensé que esto sería un problema. Pero aquella misma noche me di
cuenta que el gordito de Eric Rosquelles estaba enamorado de Nuria. Obviamente esto
provocó sus celos, yo era claramente más atractivo que él, moreno, de estatura
media, fornido, con una sonrisa conquistadora, pelo castaño y siempre suave. Características
clásicas de un chileno como yo.
Para contribuir a su desprecio, Rosquelles odiaba a los “sudacas”
y además le partía los huevos que yo los contratara. De todos modos y aunque lo
intentó mucho, nunca pudo encontrarle un defecto a mis negocios porque siempre
lo tuve todo en regla.
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Fuente: dominio público (https://goo.gl/mMV6hz) |
Así salió temporalmente de mi vida, ya no fue cada tarde a visitarme,
la busqué en su casa y su madre me recibió cordialmente, pero no me entregó
información nueva de su paradero.
Un día llegó mi ex esposa Lola a pedirme un favor, necesitaba
que fuera a buscar a Carmen –una mendiga que conoció en el trabajo– y a una
joven al palacio Beningunt, debía trasladar a ambas hasta el hospital, ahí
terminaba mi trabajo.
Cuando llegué al palacio fue grande mi sorpresa, encontré a
Carmen muerta en medio de la pista de hielo. Mi primera reacción no fue llamar
a la policía, comencé a recorrer los pasillos del palacio y en una habitación
lo suficientemente escondida, encontré a Gaspar y la joven durmiendo abrazados,
les dije que debían huir de ahí, me encargué de limpiar la escena del crimen, y
le di aviso a la policía.
Con el asesinato de Carmen todos se enteraron también de la
malversación de fondos de Rosquelles, utilizados para construir la pista, lamentablemente él también fue culpado por la
muerte de Carmen –debido a un pequeño incidente sucedido la tarde anterior a su
muerte-.
Solo yo sabía la verdad de quien era el autor del asesinato
de Carmen, me lo confesó uno de sus amigos “Yo la maté, (...) no me pregunte el
porqué, dijo el Recluta, seguramente ni yo mismo lo sé, aunque probablemente la
respuesta sea porque estoy enfermo. ¿Pero enfermo de qué? Nada me duele” (Bolaño, 1993, pág. 124) . A pesar de esto
nunca le dije nada a la policía, debido a que Eric fue liberado de los cargos
de asesinato y sacado bajo fianza por su otra acusación.
Lamento mucho todo lo sucedido,debo aclarar que la malversación de fondos ocurrió a mis espaldas, yo nunca le habría hecho eso a nuestra comunidad.
ResponderEliminarAdemás debo agregar que con esto, el señor Rosquelles manchó su propia imagen, la de Nuria y de pasada la mía, derrumbando todas mis aspiraciones políticas.
Morán eres un patán, tú sabías quién era el asesino de Carmen y no fuiste capaz de decir la verdad a nadie. No fuiste capaz de dejar tu egoísmo de lado y ayudarme a limpiar un poco mi imagen, empañada por algo de lo que no era culpable.
ResponderEliminarMe gustaría agradecerte primero que nada por todo el apoyo que me brindaste siempre, pero también me gustaría aclarar que nunca estuve realmente involucrada sentimentalmente contigo. Así que te ofrezco mis más sinceras disculpas si en algún momento te di luces de otro tipo de relación.
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